Fabricación de violines renace en Italia

06-06-2016 11:50

El arte de la lutería de violines no sólo está vivo en Italia, sino que se ha convertido en una tendencia popular entre los jóvenes.

El precio inicial de los violines artesanales es de 5.000 euros, y de acuerdo con los lutieres, no hay un límite a su valor monetario. Cada uno de estos instrumentos requiere de cientos de horas de trabajo minucioso. 

Este escaparate en una tranquila calle de Pavía reúne algunos trabajos de Marco Brunello. Pero la magia real ocurre en la trastienda, donde Brunello fabrica con pasión uno más de sus violines.

Sin embargo, dicha profesión no siempre formó parte de los planes de este hombre de 44 años. Tras dedicarse a la ingeniería por una década, decidió abandonar la seguridad de un trabajo fijo.

Aprendió el oficio de otros lutieres antes de establecer su propio negocio en 2010. En la actualidad, Brunello crea unos 10 violines al año, a los cuales consagra entre 200 y 300 horas de trabajo.

Brunello dice :"La creación de la clavija del violín, aún en la actualidad, es una parte significativa del instrumento porque lleva la firma del artista que la esculpió. Cómo gira la cabeza, cómo se amalgaman las diferentes partes, cuán profundas son, todos estos son elementos distintivos del lutier."

La lutería tiene una larga historia en Italia, y a pesar de la automatización de tantos oficios, el arte de crear instrumentos a mano no ha perdido prestigio, pues continúa ganándose adeptos gracias a su metodología distintiva.

En Italia, el eje de la lutería se encuentra en Cremona, bien conocida por sus violines Stradivarius, pero este arte ha comenzado a expandirse en otras ciudades tales como Pavía y Milán.

Brunello señala :"El arte de fabricar instrumentos de cuerda es popular porque los italianos aún están considerados como gente con un buen y ejemplar gusto por el arte."

El 80 por ciento de los pedidos de Brunello proceden del exterior, principalmente de Asia.

Fabricación de violines renace en Italia

De acuerdo con Brunello, la visión italiana debe respetar la tradición para convertirse en un activo, y es necesario hacer buen uso de ella.

Y las generaciones más jóvenes se están sumando a esta tendencia. La Escuela Cívica de Lutería de Milán ha congregado a cada vez más estudiantes que buscan adentrarse en esta profesión en su matrícula.

Las admisiones son cada vez más selectivas, pues cada año la institución sólo acepta a 15 estudiantes en promedio para sus dos cursos disponibles: lutería de instrumentos de cuerda y de cuerda punteada.

Cada uno de los cursos dura cuatro años, y enseña a los estudiantes cómo utilizar y fabricar sus propios instrumentos. Es así como lo explica Paola Vecchio, profesora de la institución.

Vecchio indica :"En los primeros dos años les presentamos los fundamentos técnicos. Enseñamos a los alumnos cómo trabajar, no nos interesa tanto el producto final sino que aprendan a utilizar las herramientas para fabricar los instrumentos."

En Italia, los lutieres suelen trabajar por su cuenta, por lo que volverse aprendiz de uno puede ser difícil.

Por esta razón, muchos estudiantes viajan al exterior para conseguir experiencia antes de establecerse en su país natal.

La estudiante de la Escuela Cívica de Lutería de Milán, Franca Ferloni expresa :"Aquí, aprendemos un método, pero por supuesto tenemos que mejorar nuestra técnica y estilo al compararlos con los demás. Es bueno empezar trabajando en diferentes talleres hasta que desarrollemos nuestro propio estilo a fin de crear nuestros propios instrumentos."

Entretanto, los estudiantes intentan conseguir tanta retroalimentación como les sea posible en el poco tiempo que les queda.

Una vez que hayan terminado el curso, dependerá de ellos sacar provecho de sus habilidades.

Los mejores trabajos se exhiben con orgullo en un pequeño museo en el primer piso de la escuela, cada uno con características únicas.